Fotografía del yacimiento arqueológico de la ciudad de Begastri.
La cuestión de los muladíes constituye
uno de esos temas apasionantes que, entrelazados con otros, son elemento
fundamental para poder entender la propia fundación de Cehegín y la
organización sociopolítica en este territorio en los dos primeros siglos de la
conquista musulmana, tanto en el siglo VIII, con Begastri, como después, cuando
desparece y surge esta población de al-Sinnayiyin.
En primer lugar es importante
conocer de qué estamos hablando. Un muladí es un cristiano que se ha convertido
al Islam. Cuando hablamos de muladíes nos referimos normalmente a aquellos
habitantes del mundo visigodo, bien de origen hispanorromano o godo que, tras
la conquista musulmana, se convierten al islamismo para beneficiarse de los
privilegios que ello le concedía frente al mozárabe, que es el cristiano que
sigue como tal. Para evitar perder su status, los primeros que se convierten al
Islam son las familias nobles y poderosas económicamente, ya que lo fundamental
es mantener lo propio. Como todos saben, la nobleza tenía unas redes de lazos
clientelares, también de siervos, trabajadores y una gran cantidad de personas
que de una u otra manera vivían en torno a ellas, como ha sucedido entonces y
hasta hace muy poco tiempo. El hecho de que el noble se convirtiese al Islam no
sólo implicaba que fuesen él y su familia, sino que había toda una cantidad
importante de gente que le seguía. Por eso en estas zonas rurales quedaron
pocos mozárabes, quizá recluidos en Begastri o en algunas zonas del campo, y en la Península Ibérica
se mantenían más bien en las ciudades donde creaban comunidades importantes en
algunos casos, como en Córdoba.
El papel de los muladíes es
importante porque estas familias llegarán a obtener puestos de relevancia, y
serán fundamentales en los primeros tiempos después de la conquista por su
papel ideológico y de poder sobre el territorio para controlar a la población,
que a ellos sí que respeta. Se supieron aprovechar muy bien los
conquistadores de esta situación. Así ocuparán puestos importantes en la administración e incluso
en el ejército, y seguirán manteniendo un buen prestigio social, unido a su
poder económico. No me cabe ninguna duda de que en la propia construcción de la
fortaleza y el posterior desarrollo de Cehegín, tras su fundación, el papel de
esta gente es de primer nivel.
Estas familias muladíes
adquirirán la lengua y las costumbres musulmanas, de manera que con el paso del
tiempo será imposible distinguirlos, a excepción de que muchas mantienen el
nombre, aunque arabizado. Por desgracia,
no tenemos para nuestra zona de estudio, que es el término de Cehegín,
datos sobre las familias muladíes originarias del ámbito de Begastri. Pero, sin
duda, las hubo.
Es una pena que su estudio en un
territorio como el nuestro esté muy restringido por la ausencia de
documentación y de datos arqueológicos. Hay algo que es indudable, y es la
importancia fundamental que tuvieron en los siglos VIII al X para que se
consolidase la conquista de manera efectiva sobre el terreno y las gentes que
vivían aquí antes. A veces el papel de estas familias se subestima o se deja un
poco de lado. Los muladíes son una de las claves para entender la historia de
nuestra tierra desde los siglos VIII al X.